Los miomas uterinos, también conocidos como fibromas, son tumores benignos que se desarrollan en el útero. Existen varios tipos de miomas, los cuales se clasifican según su ubicación en el útero:
- Intramurales: Estos miomas se desarrollan en la pared muscular del útero. Son los más comunes y pueden causar síntomas como dolor pélvico y sangrado menstrual abundante.
- Subserosos: Estos miomas crecen en la parte exterior del útero, en la capa serosa. A menudo, pueden crecer en tamaño considerable y presionar órganos adyacentes, como la vejiga, lo que puede provocar síntomas urinarios.
- Submucosos: Estos miomas se encuentran justo debajo del revestimiento interno del útero (endometrio). Aunque son menos comunes, tienden a causar sangrado menstrual abundante y prolongado, y pueden interferir con la fertilidad.
- Pediculados: Estos miomas están unidos al útero por un pedículo o tallo delgado. Pueden ser subserosos o submucosos y, debido a su posición, a veces pueden causar dolor agudo si el tallo se retuerce (torsión del pedículo).
- Cervicales: Estos miomas se desarrollan en el cuello del útero (cérvix). Son bastante raros y pueden causar síntomas como dificultad para el parto vaginal o sangrado anormal.
La presencia de miomas y su impacto en la salud varían de una persona a otra. Algunos miomas pueden ser asintomáticos, mientras que otros pueden causar una variedad de síntomas, dependiendo de su tamaño, ubicación y número. La evaluación y el tratamiento de los miomas deben ser individualizados y pueden incluir opciones como la observación, medicación o intervenciones quirúrgicas.